El agua es el elemento
esencial para el desarrollo de los procesos fisiológicos de todo ser vivo. Constituye
el medio primario para las reacciones químicas y el movimiento de sustancias a
través de las diversas partes de las plantas. Este recurso natural es el primer
factor que determina el rendimiento de los cultivos; así, un cultivo sin
humedad cerrará sus estomas, enrollará sus hojas reduciendo el crecimiento de
sus partes, afectando notablemente al rendimiento. El objetivo del riego es
proveer de agua a los cultivos, en cantidad adecuada para evitar daños que
repercutan en la disminución del rendimiento. Los productores deben entonces
obtener respuestas a los siguientes aspectos: Cómo, cuánto y cuándo regar.
La alfalfa es la principal especie forrajera que se
produce en todo el mundo. En México se cultivan alrededor de 338 mil hectáreas,
con un rendimiento promedio de 75.6 toneladas de forraje verde por hectárea al
año. Los principales problemas que se tienen con este cultivo en la región son:
baja producción, corta vida productiva (no más de tres años) y alto consumo de
agua en riego por gravedad y aspersión. Una de las estrategias para aumentar la
eficiencia en el uso del agua es la utilización de sistemas de riego más
eficientes, como lo es el riego por goteo subsuperficial o subterráneo.
El interés en el riego por goteo
subsuperficial (G-SUB) se ha incrementado durante las últimas dos décadas como
consecuencia de la presión por conservar las fuentes de agua, además de la
fácil disponibilidad de los componentes del sistema, producto del desarrollo
tecnológico que ha tenido. En términos prácticos, se ha determinado que usando
este sistema y aplicando la misma cantidad de agua, el radio de humedecimiento
es 10% menor que el sistema superficial. Sin embargo, el área y volumen
humedecido son un 62 y 46% mayor que el superficial. Además de las ventajas
mencionadas, el rendimiento de materia seca en riego por goteo subsuperficial
comparado con sistemas de riego por gravedad es 59.7 % mayor, mientras que,
comparado con sistemas de riego por aspersión es 4.3% mayor, no obstante el
principal ahorro está en el uso del agua pues disminuye hasta un 14.2%
comparado con el último.
La eficiencia en el aprovechamiento
del agua es otro punto crucial hoy en día, en el caso de sistemas de riego por
goteo, la eficiencia es superior a la obtenida con gravedad o aspersión; ésta
fluctúa en un rango de 0.9 a 3.5 kg de materia seca por metro cúbico de agua
aplicada. Sin embargo, aplicar esta tecnología requiere de conocimientos
técnicos, pues es fundamental dominar las siguientes cuestiones:
-
Diseño hidráulico.
-
Componentes principales de un sistema de riego por
goteo subsuperficial.
-
Longitud máxima de las líneas regantes
-
Tipo de líneas
regantes.
-
Selección del gasto
del emisor.
-
Espaciamiento entre
emisores y regantes.
-
Profundidad de
instalación de las líneas regantes.
-
Preparación del
suelo e instalación de las regantes.
-
Cuándo y cuánto
regar.
Necesidades de filtración
El riego por goteo subsuperficial o
subterráneo es sin duda uno de los sistemas más eficientes para la producción
de alfalfa y otros cultivos. Los incrementos de rendimiento y la mayor
eficiencia en el uso del agua encontrados al compararlo con el
Fuente
Rivera,
M. G., Estrada, A. J., Orona, C. I. y Sanchez, O. I. 2007. Producción De Alfalfa Con Riego Por
Goteo Subsuperficial. Una opción para regiones con escasa disponibilidad de
agua. CENID – RASPA, INIFAP.
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