Las plantas además de
agua, luz, nutrientes y dióxido de carbono necesitan hormonas o reguladores del
crecimiento. Existe discrepancia científica en cuanto a estos términos, algunos
autores se refieren a ellos como sinónimos, y algunos otros los definen como
términos diferentes, de esta manera el término de hormonas es entendido como sigue: son
sustancias orgánicas cuya función la ejercen en un lugar diferente al que
fueron sintetizadas y que se encuentran en concentraciones relativamente bajas.
Mientras que los reguladores de crecimiento se definen como sustancias sintéticas
que pueden ser o no homólogas a las hormonas y que cumplen funciones parecidas
a éstas.
Uso de auxinas para el enraizamiento. Foto cortesía:
Dr.
Daniel Díaz Montenegro.
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En cuanto a
reguladores de crecimiento se refiere, hasta el momento se han clasificado en
cinco grupos: auxinas, citocininas, etileno, ácido abscísico y giberelinas.
Las auxinas
provocan el alargamiento del vástago y las citocininas promueven la división
celular; por lo que alterando las concentraciones relativas de auxinas y
citocininas es posible cambiar los patrones de crecimiento de un tejido vegetal
indiferenciado.
El etileno
es producido en los frutos y es responsable de la abscisión de las hojas. El
ácido abscísico determina el crecimiento y puede estar involucrado en la
dormancia de las yemas. Por último las giberelinas estimulan el alargamiento del vástago,
inducen el repentino crecimiento y floración de muchas plantas y también están
implicadas en el crecimiento del embrión y de la plántula.
De manera
general puede argumentarse que los reguladores de crecimiento producidos en una
planta pueden tener efecto en otra por lo que se puede asegurar que no son
específicos. De igual manera, de la cantidad total de reguladores de
crecimiento producida en una planta no toda es activa, solo una pequeña parte
lo es, mientras que el resto se encuentra fija o permanece en forma de
precursores. La concentración de los mismos está regulada por un mecanismo
interno, controlándose de esta manera el funcionamiento vegetal.
La
concentración de muchos reguladores de crecimiento es crítica, en cantidades
pequeñas son efectivos como estimuladores del crecimiento, mientras que en
concentraciones mayores tienen un efecto contrario, es decir lo inhiben.
Participan en muchas respuestas de las plantas, de las
cuales la respuesta fototrópica es solo un ejemplo. Es tal la
importancia que presentan estas sustancias, que la formación de tejidos y
órganos depende de la presencia e interacción entre ellas.
Los
argumentos antes mencionados sirven como justificante para el entendimiento de
las funciones que desempeñan los reguladores de crecimiento vegetal además de
la época y dosis adecuada de aplicación, para lograr de esta manera un mejor
control sobre algunos de los factores que inciden directamente sobre
Fuente:
RAMÍREZ, L. E.; CASTILLO, A. C.; ACEVES N. E.; CARRILLO A. E; Efecto de productos con reguladores de crecimiento sobre la floración y amarre de fruto en chile ‘habanero, Revista Chapingo. Serie horticultura, Vol. 11, Núm. 1, enero-junio, 2005, pp.
CHAVEZ, S. L.; ALVAREZ, F. A.; RAMIREZ F. R.; Apuntes sobre algunos reguladores del crecimiento vegetal que participan en la respuesta de las plantas frente al estrés abiótico, Cultivos Tropicales, vol. 33, núm. 3, julio-septiembre, 2012, pp. 47-56, Red de Revistas Científicas de América Latina, el Caribe, España y Portugal
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